jueves, 16 de diciembre de 2010

VIVIENDO ENTRE MILES




Mi voz serpentea entre un mar de espejos fragmentarios
       nadie me ve en este bosque de brazos y almas 


sólo la soledad me fija su vista
          ablanda las paredes del laberinto
                     siembra nidos donde suenan latidos


soledad agria y poderosa
     la lloras desde una herida grande como un mar
          o la celebras porque espanta los lobos



en medio del retumbe de todos los latidos
  los corazones te rozan inasibles
             llevan los brazos atados de mentiras


cientos de historias corrientes          ensordecen la mía



cientos de poemas cansan tu corazón
        antes que leas el mío



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