Dedicado a la familia Gyarfas, en el inicio de su nueva vida.
no hay espejos en los puertos
adivino mi diáspora personal
asistiendo mudo a tu partida
palpando con asombro el aire caliente que dejas
tendré que nombrar todo de nuevo
por no llevar equipaje
te llevaste tan solo los nombres de las cosas
todo lo que dejaste es ahora un talismán de tu ausencia
te arrancaron
arrastraste entrañas y sueños en la fuga
no te preocupes
llegarás a otras ciudades para amar y para odiar
porque piensas que todas las piedras son duras
y toda leña cobija una llama
no te despidas en angustias
yo hace tiempo que me fui
y sigo perdido
buscando una órbita misericordiosa
un mundo amable con los extranjeros