Dedicado a la familia Gyarfas, en el inicio de su nueva vida.
no hay espejos en los puertos
adivino mi diáspora personal
asistiendo mudo a tu partida
      palpando con asombro el aire caliente que dejas 
tendré que nombrar todo de nuevo
por no llevar equipaje
te llevaste tan solo los nombres de las cosas
todo lo que dejaste es ahora un talismán de tu ausencia 
te arrancaron
         arrastraste entrañas y sueños en la fuga
no te preocupes
llegarás a otras ciudades para amar y para odiar
   porque piensas que todas las piedras son duras
       y toda leña cobija una llama
no te despidas en angustias
          yo hace tiempo que me fui
                                                      y sigo perdido
buscando una órbita misericordiosa
                  un mundo amable con los extranjeros

 
1 comentario:
Hermoso y triste... y verdadero.
Publicar un comentario