sólo esto vale la pena contar:
nuestros tiempos estrechan la cara
ensanchan la espalda doblada
pero nadie conoce el color del borde
lo demás es un río que nos pasa
mientras resistimos pegados a la piedra
creyendo así esquivar los remolinos
no hay mejor suerte con el cielo
apenas nos queda un puñado invicto de meteoros
huyendo como moscas
silbando hielo
ahogándose en tímpanos de piedra
la suerte de los forasteros es borrar los nudos y hacer espacio
para que lleguen otros mundos donde clavar bandera
y esperar con paciencia a que lleguen otros forasteros
la fiesta seguirá lejos de casa
quedarán colillas, copas y una chaqueta olvidada
y sólo entonces
a salvo de torbellinos y polvo
reconstruiré estos alrededores
siguiendo acordes finales
Será un reino más efímero, si es eso posible
en definitiva
no nos sirvió comprar mitologías extranjeras
aquí nos bajamos
The show must go on
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