miércoles, 7 de marzo de 2012

ENEMIGO



No preguntes. Desconozco el misterio de mi naturaleza, pero no la niego y me entrego a ella de espaldas a cualquier cuestionamiento. No esperes tregua. Agazapado en tus rincones busco el momento justo para sembrarte dudas como cadenas y necrosar tus sueños. Con paciencia espero ese revés fortuito para desgarrarte un ala y traer a tierra cualquier incipiente vuelo que intentes. Estás atento a las bestias cuando es mi puñal el que emerge desde tus entrañas y te invita preciso al abandono, sorteando la tentación de empujarte al abismo permanente. Pendiente de la intemperie que acecha de aquel lado de la piel, no oyes mi voz de chamán que invoca una lluvia fría y constante del otro lado. Siempre el golpe preciso que desalienta pero no vacía por completo; te necesito nuevamente de pie para desplegar mi repertorio día tras día y quebrarte por dentro.
No creo en victorias centelleantes; permito tus pequeños triunfos porque no son más que el escenario para hundirte una y otra vez, para hospedar desaliento en tu alma y borrarte lentamente en la oscuridad, diluido en excusas. No dejaré que paladees el dolor o sufras la herida gloriosa que termina por apellidar al héroe. No soy infalible, el mundo que te rodea muestra que fracasé con un puñado que huyó del fango gris, y que con rodillas imbatibles ardió esplendido en la pira. No creo que tengas lo que hace falta, pero como siempre, no dejes de intentarlo. Tu turno. Tienes la  palabra.




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1 comentario:

Ophir Alviárez dijo...

Preciso como ese golpe que no vacía por completo, que deja con ganas de más; "enemiga" siempre pero con la palabra, de turno...

Ophir