minotauros desenmascarados
avanzamos con el alma a cuestas
cortando tiempos gelatinosos
que tiemblan en sintonía
con el frío de nuestra carne
confundimos ángeles          pájaros
escondidos en la niebla
confundimos la sangre        el agua
amargadas ambas por óxidos del alma
este laberinto vivo de concreto
hace tiempo secó nuestros ojos de pez
     disfrazándose de templo
             burdel
                 prisión
                              al final siempre prisión
un collar de bocas incansables
prendido de nuestro cuello
sepulta los gritos de auxilio
hemos olvidado que queríamos salir
     no hay mapas posibles
         esta ciudad no tiene norte       ni sur
sólo queda seguir 
         seguir los rastros de miedo
               orinados en el concreto
sólo queda imaginar
          imaginar que antes del paso de Medusa
                   aquí hubo una vez un bosque
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario