viernes, 25 de noviembre de 2011

SÓLO LOS ELEGIDOS


En memoria de José Ara Belloc, gran amigo, padre de grandes amigos

Nuestro grito circular, tutelado por torres temerosas, se pierde en un pantano donde los dioses esconden las marcas de las mordidas en las piernas. No son buenos los dioses cuando transcurren en estas redes. No se ha inventado todavía la luz, así que la claridad que atisbas, hija de una fiebre antigua, marchita sin tregua y se refleja en este bosque de colmillos. En medio del aturdimiento cosechado en estos tiempos fibrosos,  y asistiendo a la licuefacción de milagros estirados, sólo los elegidos, acorazados en cuerpos  menores,  muestran la señal de la estirpe. Espíritus precisos como una idea inexorable, despejan el camino arando el vacío con pupilas nerviosas, poniendo nombres amables a las bestias, acariciando la tormenta que escribirá la última página.


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2 comentarios:

Ihintza H de L dijo...

"La tormenta que escribía la última página"...Dan ganas de seguir leyendo más...

Anónimo dijo...

Hay que obligar a los dioses a ser mejores. Los elegidos pueden. Sus cuerpos menores albergan la única forma de grandeza conocida: la bondad. Hay que hacerla fuerte e indestructible. Esa es la señal. Somos sus continuadores.
Gracias por las palabras, y sobre todo, por la amistad.
Cocó